22 de diciembre de 2010

Laura Rosal recitó sin ver en el Paco Rabal

Se vendó los ojos con una cinta negra, se sentó en la mesa y acompañó de música e imágenes su voz quebrada, sus versos profundos. Su palabra, que primero fue de juventud y risas, se desnudó en la oscuridad del aula y nos dejó ver una tristeza prematura de soledad y ausencia.

Cuando la luz volvió, enraizó su cuerpo espigado entre cuatro poemas inéditos que abrazaba con sus manos, los dejo caer como losas de sentimientos al suelo y arrugó la desesperación de su último suspiro que nos dejó mudos, paralizados.

Laura Rosal de Jerez de la Frontera tiene mucho camino recorrido con sus pocos, 22 años, pero su trabajo y empeño la harán llegar muy lejos. "También mis ojos" de la editorial Cangrejo Pistolero es la muestra brillante de sus primeros pasos. Un volumen de belleza azul como la claridad de sus fotografías, como la luz de ese universo que crea en sus versos.

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