27 de diciembre de 2010

NO ES UNA BROMA, ES UNA DESPEDIDA del 2010 a lo poeKa

En el 2010 algunos poekas se han enamorado, algunos han comenzado nuevas vidas, han estrenado nuevas casas, nuevas personas con las que compartir las gotas de felicidad que nos regala el momento y hasta han recibido el afortunado nacimiento de Manuel, que es el primer hijo de una Poeka, nacido en tiempos de tertulia.

También algunas poekas han sentido la pérdida del amor y sufren cada día la ausencia.

Pero de todos ellos y ellas, de los que inauguran con ilusión crecientes sentimientos de amor y de los que se resignan a la pérdida, de todos y todas, han brotado versos como ramas de juncos que se balancean por el viento, que se desprenden del suelo y ascienden hacia la luz del sol o hacia la oscuridad de las nubes. Todos han sido felices en el 2010 regalando sus versos y los del gran amado poeta Miguel Hernández en todos aquellos escenarios donde nos han llamado: desde la escuela al centro de mayores, desde asociaciones culturales hasta universidades… En todos esos espacios, PoeKas ha dejado su amistad y su manera de entregar, sintiendo, la Poesía como el vínculo que humanamente nos une y dispersa, nos dispersa y nos vuelve a unir.

Porque queremos estar unidos para despedir este buen año para Poekas y esperamos tener un 2011 rebosante de ideas y proyectos literarios, celebraremos el 28 de diciembre nuestra habitual tertulia de una manera especial.

Abrimos nuestras puertas del aula del Centro Cultural Paco Rabal, a todos y todas los que os animéis a venir, como siempre, o a venir la primera vez a conocernos.

22 de diciembre de 2010

Laura Rosal recitó sin ver en el Paco Rabal

Se vendó los ojos con una cinta negra, se sentó en la mesa y acompañó de música e imágenes su voz quebrada, sus versos profundos. Su palabra, que primero fue de juventud y risas, se desnudó en la oscuridad del aula y nos dejó ver una tristeza prematura de soledad y ausencia.

Cuando la luz volvió, enraizó su cuerpo espigado entre cuatro poemas inéditos que abrazaba con sus manos, los dejo caer como losas de sentimientos al suelo y arrugó la desesperación de su último suspiro que nos dejó mudos, paralizados.

Laura Rosal de Jerez de la Frontera tiene mucho camino recorrido con sus pocos, 22 años, pero su trabajo y empeño la harán llegar muy lejos. "También mis ojos" de la editorial Cangrejo Pistolero es la muestra brillante de sus primeros pasos. Un volumen de belleza azul como la claridad de sus fotografías, como la luz de ese universo que crea en sus versos.