11 de agosto de 2010

Tavascan: brote del Cardós

Escuchando un murmullo de agua saltarina se llega al fondo del Valle del Cardós y se alcanza el pequeño pueblo del Alto Pirineo catalán. Se viaja historia atrás al recorrer sus callejuelas empinadas de piedra y atravesar el altivo puente medieval, que permanece intacto aferrado a la roca de sus orígenes.


Para el 14 de agosto el pueblo va a dedicar una emblemática escultura a la mujer de estos valles y busca una poesía que la adorne. Yo acaricié con mi cámara fotográfica la belleza de esta estatua en el entorno mágico de la noche, destellada por farolas de luz tenue que daban a las sombras una cálida humanidad. Recordando ese paseo de contrastes claro- oscuros y contemplando la imagen de esa mujer dura y dorada, estos versos acudieron a mi cuaderno de viajes . Ese día serán la ofrenda que muy gustosa hago a este pueblo para el acto inaugural.

Mujer de agua y sol, de lluvia y viento.
Mujer de soledad de frío, de hielo
que surcaste los montes encrespados
con el dolor de la ignorancia ajena.
Tu lucha y tu tesón convirtieron el polvo del camino
en el hierro forjado de esta estatua
que cinceló tus sueños día a día
bajo el sayal, los zuecos, la aguadera...

Cuantas veces tus pies encallecidos
cruzaron este puente con mirada de monte
y distancia de años de incomprensión,
de anhelos por ver amanecer un día como hoy
en el que eres reconocida por tu pueblo,
amada por las gentes de este valle
con más luces que sombras, ya sin hambre
sin que tengas que aliviar la sed
de los hijos del alma que cuelgan de tu talle

Mujer de hierro entre aguas, delante de Tavascan,
perfil de fuego en el alba sobre el puente medieval.
Perpetuada tu hazaña por los siglos quedará.

Elena Moratalla

1 comentario:

José Antonio dijo...

Esa mujer de lírico hierro
allá donde vaya
atrapa los sueños.

Gracias por tu cariño y tus letras.

El cami.