Once asistentes a la tertulia es un número muy bueno para recitar, asimilar, comentar y disfrutar de unos versos creados con las emociones y las preocupaciones que acompañan nuestras vidas. Dos personas nuevas, Juan y Joaquín se estrenaron ayer. Juan apagó la luz de su alma en su poema dedicado a la ausencia de su padre y sin embargo, encendió la luz de poeKas, a pesar de la intimidad que creamos con la luz natural de una tarde que se avecinaba larga, pero intensa. José Ortega le siguió con un relato poético de estructura epistolar. Yoli López también se estrenaba en la tertulia, aunque muchos ya la conocíamos de su recital dentro del ciclo Poesía Joven, el pasado mes de abril, en esta misma aula. Pero ayer fue una delicia escucharla recitar un poema de su libro "Obertura sen héroe" en el más dulce acento gallego. Martín eligió un relato de sus "Cuentos a la tapitorla" denso, profundo, con un final rotundamente sentido. Elena Moratalla, en contraste, nos enseñó sus poemas-objetos que repartió por las mesas: un poema a la taza, un caldo natural de versos y un recogedor de sueños. Cristina Santa- Ana, que no había traído nada tras la emoción teatral que compartió con nosotros, por su reciente éxito en la última representación donde actuó además de dirigir en el salón del centro Paco Rabal, leyó el caldo natural de versos de Elena. Un poema conmovedor y familiar en la voz de Benito Manzano siguió por el orden de la ronda. Alberto Yago en su turno hace un silencio filosófico alrededor de la lectura de "Deseo no llegar tarde" y nos deleita también con el poema "Hermana" preparado para la próxima boda de ella, Pilar, su hermana pequeña. Finaliza con la guinda del amor, Elena González con "Un broche de recuerdos",
Repasamos recitales recientes y futuras propuestas, cuando todavia la luz existe al atravesar el umbral del centro cultural.
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