...llegué con el recital empezado y enfadada con los medios de transporte. Me senté silenciosa en la última silla que quedaba y dejé caer mi bolso, mi abrigo, mi mundo ante la sugerente voz que me sonreía, dándome la bienvenida, igual que los amigos cercanos que me saludaron con gesto imperceptible casi, para no romper el hechizo de los versos de Virginia, volatizados por el aula. Me sumerjo en las imágenes que su cálida voz emite para describir las sensaciones de un accidente que sufrió y le provoco escribir un poema cargado de sutileza. Después, en otros:
El niño
tiene la arruga de la tierra en la frente...
Llora el
hombre por ser hombre...
y se convierte en soneto con una facilidad que nos deja asombrados:
...sin ti mi
vida entera es asonante...
por ti,
solo por tí, me hago soneto
Pero el tiempo ha vencido una vez más a la gloria y finaliza su recital. Todos los escuchadores estamos deseando felicitarla, regalarle nuestras palabras de agradecimiento. Además de pedirle disculpas, le pido algún poema más. Y el que me concede, me lo escoge Martín, como
El amor
siempre escoge sus propias derrotas
También le preguntamos por sus publicaciones, sorprende que con su juventud ya haya escrito tres poemarios, el primero "Fe de erratas" con 23 años recoge sus poemas de los 18, increiblemente maduros para esa edad. El último que está a punto de ver la luz, será "Pasaporte renombrado". Los poemas que de él nos ha leído constatan una riqueza temática del mundo emocional y demuestran un trabajo disciplinado en ese empeño de escribir buena poesía. Y Virginia lo logra, se aparta de su yo para acercarse más al universo.
PoeKas en nuestro aula poética la hemos sentido muy cerca y nos apetece mucho que no se aleje del todo, la hemos invitado a nuestra tertulia de los últimos martes de mes y también nos gustaría seguirla por esos mares de versos donde las olas la lleven.
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