10 de mayo de 2010

Por el camino mozárabe

Con los versos tendidos
al sol de Córdoba,
se cuelgan entre rejas
coladas de poemas.

Miguel Hernández brilla
tirabuzón de agua,
su recuerdo se airea
por las blancas fachadas.

Lunares que son flores
rodean las metáforas
y la noche se endulza
en secretas miradas.

Miguel Hernández es
callejón y palabra,
risa que nos da vida
alminar y mezquita.

Su corazón se abre
en cada balconada,
la escarcha de su tiempo
aun nos acompaña.

Bravo viento que ruge,
verdades tatuadas
en el sol de la tarde
del poeta que canta.

Miguel Hernández es
la huella sin fronteras
de un pueblo que se busca
en el agua de luna.

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