15 de octubre de 2008

En la biblioteca Rafael Alberti

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Los seis de la fama en el Rafael Alberti. En la foto falta Batania, que es el autor de la fotografía. Obsérvese el halo de santidad que rodea la cabeza de nuestra coordinadora FOTO: BATANIA
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CRÓNICA DE BATANIA - Nos pasó como Julio César con el rey Farnaces. Veni, vidi, vici. Estuvimos siete, número bíblico, y el público llegó a la multitudinaria cifra de cuatro personas. Yo estaba tranquilo, sabedor de que el público se hallaba en minoría y esta vez no se iba a atrever a abuchearnos. Los PoeKas heroicos que comparecimos y nos compadecimos fuimos Elena Moratalla, Ernesto López, Rosa Casquero, Maribel Alonso, Cristina Santa-Ana, Martín Lozano y yo. Leímos dos o tres poemas cada uno y nos ovacionaron de la manera en que pueden ovacionar cuatro personas. Sacamos el asunto adelante, porque nuestra actuación era un favor que le hacíamos a Javier Avilés, de la Red de Arte Joven, al que le había fallado el titular, Raúl Campoy, un poeta que me suena de algo.

En el turno de preguntas, uno de los asistentes nos inquirió por nuestra definición de la poesía, y fue respondido, no te lo pierdas, por otro del público, que relacionó el arte de las musas con la tristeza y nos leyó de rondón unos versos suyos muy buenos.

En la cervezada posterior, me enteré de que Martín Lozano y Ernesto López Vinader habían tenido sus más y sus menos antes del recital. Como sabréis si tenéis la costumbre de abrir vuestros correos, Martín había hecho tres propuestas para que se terminen las lecturas hiératicas en los recitales. Como quería poner en práctica una de ellas en el Rafael Alberti, recibió comentario crítico de Ernesto, pero amistoso. Nuestro Batania lo verbaliza así:

Desde el "joder qué tropa" de Campomanes y el "manda huevos" de Trillo no se escuchaba tal falta de respeto en Madrid.
Sostenía Ernesto que los experimentos se hacen con tiempo y no de repente. Al final fue Elena Moratalla la que puso paz y de lo que he dicho no me acuerdo.

Maribel trajo un bizcocho riquísimo que se perdieron todos los PoeKas que no acudieron. Rosa me contó con mucho misterio que está trabajando laboriosamente en la composición de otro poema, el que hará el primero en los tres últimos años. Animé a Rosa, aunque le insistí en que no se presionara: poetas como Alberti, Neruda o Celaya han lastrado su obra por su excesiva prolijidad.

Me enteré de que Miguel Pastrana ha ganado un premio de poesía. Felicidades, Miguel. Un abrazo fuerte. Durante la cervezada discutimos las innovaciones para los próximos recitales y me quedé solo. La mayoría aboga por introducir reformas para hacerlos más divertidos. Yo dije que PoeKas es un grupo de poesía y no de teatro; entiendo que nuestro objetivo central es mejorar nuestros poemas y no su escenografía, pero fui abucheado. Al parecer, para el próximo recital, quieren introducir saltimbanquis, tragasables y cinco caballos alazanos (es broma).

Al final del todo me dirigí a Elena con una pregunta a traición:

-¿Por qué no has linkeado el blog de Verónica?
-Porque no tengo tiempo.
-¿Ni siquiera los veintisiete segundos que se tarda en adjuntar un blog?
-Ni siquiera. De verdad.

Ya veis que soy yo, el inefable Batania, el que está escribiendo esto. Ya veis que la bitácora de Verónica está adjuntada, y que el blog está sufriendo cambios. No dejéis de hacerme sugerencias sobre el diseño, o sobre la asombrosa objetividad, casi hiperrealista, con la que escribo las crónicas de los recitales. El de ayer fue victorioso. Veni, vidi, vici.
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2 comentarios:

José Antonio dijo...

Hola, hola.
De verdad que fue una pena no poder degustar tan apetitoso bizcocho.
El que llevó Maribel, no el que montó Martín con su remake de recital poético a la nueva usanza. Menos mal que estaba Ernesto, para salvaguardar los buenos usos y costumbres; que un recital de poesía debe de tener su buena dosis de tedio, bostezo y rascarse las pelotas tras la butaca. Y en especial la defensa a ultranza y toro pasado, veo, (bravo José Tomas), del que suscribe la crítica que comento. Señor Batania, que comparto "casi" plenamente su posición conservadora, entiéndase, no la del apoyo incondicional a Rajoy si llegara el caso, por eso de ser él gallego y usted vasco, sino, por ser más bien retraído a la hora de poner en oídos de todos, mis humildes versos y relatos, y de no tener el desparpajo con el que usted regala al público en cada puesta a escena de sus recitales de la susodicha y mal querida o entendida por el público poesía nuestra de cada día, esa, que espero que le dé a usted de comer muchos años, porque se lo merece, y porque aún recuerdo la puesta en escena a dúo, de los PoeKas Albertos, (esceneografía o no) en el afamado recital de PoeKas en el CC Pilar Miró, y que tanto gustó y agradeció el mayoritario público asistente, por suerte más de cuatro, (y no tuvieron cojones de abuchearnos).

Qué más puedo decir. Un fuerte a brazo a usted y a todos los Poekas que mantuvieron el pendón Pacorabalero allá por Hortaleza.

Un beso a todos.

José Antonio

Neorrabioso dijo...

Ay, lo del bizcocho fue lo mejor. Como sobró bastante, Maribel me lo dio y me lo he ventilado en casa yo solito (y algo que se ha comido Iratxe).

Abrazos.

Hasta pronto.