El profesor Juan Cano Ballesta, investigador incansable de la figura de Miguel Hernández, nos acercó tanto al poeta, que le vimos paseando por las afueras de nuestro barrio en los años 30, meditando versos y saboreando sus amistades de la Escuela de Vallecas.
Nos ofreció el profesor, con una limpieza de conocimientos profundos y siendo ejemplo, además, de sencillez y bondad, una visión desconocida de Miguel Hernández, que nos descubre matices diferentes de su pensamiento y de los secretos que todavía guardan sus poemas.
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