"Todo mi oficio se reduce a buscar
sin piedad ni descanso la fórmula con que poder vociferar socorro y que parezca
que es el siglo quien está aullando esta
maravillosa palabra. Que adviertan que me puse entre los
torcidos del mundo para ayudarles a zurcir y defendí a la vida con todo mi
terror. Clamar socorro como el nombre de un dios", escribió el poeta Felix Grande, que en Vallecas conocimos muy de cerca. Esposo de la poeta Francisca Aguirre, con ella nos visitó el pasado año en el recital homenaje que le hicimos PoeKas dentro de la edición de Vallecas Calle del Libro. Nos emocionó verle cuidando a Paca y recitándole unas coplas, arte que dominaba como uno de los mejores flamencólogos contemporáneos. Con ese recuerdo nos quedamos los vallecanos y conmovidos con su desaparición, el pasado jueves.
Del árbol de los tiempos
Del árbol de los
tiempos nos hemos desprendido
bajo todo un sistema de galaxias de años;
y ahora estamos mirándonos y nos vemos extraños
igual que dos océanos que se hubieran unido;
igual que dos océanos que se hubieran unido;
aún estamos buscándonos en el tiempo: dos motas
de polvo de ciprés tanteando un cementerio;
nos estamos
mirando como dos aves pobres,
lastimados de vuelo, lastimados de espacio,
lastimados del tiempo que nos ha estado viendo;
lastimados de vuelo, lastimados de espacio,
lastimados del tiempo que nos ha estado viendo;
nos estamos mirando lo mismo que dos sobres
cerrados el uno frente al otro que, despacio,
se van abriendo, se van abriendo, se van abriendo.
cerrados el uno frente al otro que, despacio,
se van abriendo, se van abriendo, se van abriendo.
Nuestro apoyo y un gran abrazo a Paca Aguirre y a su hija Guadalupe, también poeta.
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