31 de octubre de 2015

Adiós redondo a Yolanda López

El pasado martes 27 de nuevo compartieron aula los amigos de PoeKas, los amigos de la poesía, en ese entrañable rincón que les aloja desde hace años, el CC Paco Rabal. Y resultó una tarde-noche redonda. No por las poemadas pompas de David, que inundaron la sala de evocadores aromas y colores, ni por el alma y la pasión que le puso Beatriz a los sufrimientos de un balón de fútbol; fue redonda por la calidez del encuentro y la ocasión de poder despedir —sí, de nuevo—, a otra PoeKa —pero esta vez no para siempre, sino con un prometido: hasta la vista—.
José A. —yo mismo—, abrió la ronda pidiendo escusas por su mes ágrafo —en absoluto con la idea de emular al señor Montoro— de una manera admisible; leyendo y pidiendo hacerlo al resto de compañeras/os, poemas de Yolanda López, nuestra amiga que se marcha para su Galicia querida. Tras el cual, como es habitual y casi norma fijada, el resto recitó por orden sus escritos, y algunos, incluyeron poemas de Yoli, a la cual sorprendieron y emocionaron.
El problema de los refugiados fue tratado por Teresa y Elena G., de la manera cálida, pero reivindicativa, que ellas saben hacer. Antonio, que se animó en esta segunda tertulia suya, nos dejó interesantes versos alquimistas. Yago, con su peculiar estilo, compartió sus: Afirmaciones del señor que. Sebastián volvió a traernos su poesía comprometida, como él, con la ONG Madrid Puerta Abierta y sus historias, que nos llegan de su mano. Julián invitó a los presentes a viajar hasta Cádiz a través de sus palabras. Julio, también en su segunda ocasión en PoeKas, se arrancó de memoria con el famoso poema de A. Machado A un olmo seco, que hubiera encantado a Martín. Yolanda, la que se nos va, correspondió a la lectura de sus poemas con otro tanto de lo mismo: leer cuatro poemas de compañeros PoeKas abriendo al azar las páginas de nuestra antología, De Vallecas al verso. Koncha se atrevió a leer en gallego Partida de xadrez, de Yoli, arrancándole una sonrisa; al igual que José María, que con su mono de arqueólogo leyó Persépolis, también de ella.

Y así, poco a poco, verso a verso, salimos navegando entre las pompas del pompero fabricado por David.

Última  aportación de José Antonio: ..."se me olvidó incluir a Rosa, que fue su primer día, y a Paqui, que llegó tarde pero llegó, y las dos permanecieron de oyentes y disfrutando".


2 comentarios:

KONCHA MORALES dijo...

Jasca, no se puede narrar mejor lo que ocurrió en nuestra tarde tertuliana. Tengo la sensación de haber estado allí... Besazos a todos, poekas.

José Antonio dijo...

Gracias, Koncha. La verdad es que lo ponéis fácil. Mucho arte y sentimiento se reune esas tardes por nuestro querido Rabal.