El pasado
martes 27 de nuevo compartieron aula los amigos de PoeKas, los amigos de la
poesía, en ese entrañable rincón que les aloja desde hace años, el CC Paco
Rabal. Y resultó una tarde-noche redonda. No por las poemadas pompas de David, que
inundaron la sala de evocadores aromas y colores, ni por el alma y la pasión
que le puso Beatriz a los sufrimientos de un balón de fútbol; fue redonda por
la calidez del encuentro y la ocasión de poder despedir —sí, de nuevo—, a otra
PoeKa —pero esta vez no para siempre, sino con un prometido: hasta la vista—.
José A. —yo
mismo—, abrió la ronda pidiendo escusas por su mes ágrafo —en absoluto con la
idea de emular al señor Montoro— de una manera admisible; leyendo y pidiendo
hacerlo al resto de compañeras/os, poemas de Yolanda López, nuestra amiga que
se marcha para su Galicia querida. Tras el cual, como es habitual y casi norma
fijada, el resto recitó por orden sus escritos, y algunos, incluyeron poemas de
Yoli, a la cual sorprendieron y emocionaron.
El problema
de los refugiados fue tratado por Teresa y Elena G., de la manera cálida, pero
reivindicativa, que ellas saben hacer. Antonio, que se animó en esta segunda
tertulia suya, nos dejó interesantes versos alquimistas. Yago, con su peculiar
estilo, compartió sus: Afirmaciones del
señor que. Sebastián volvió a traernos su poesía comprometida, como él, con
la ONG Madrid Puerta Abierta y sus historias, que nos llegan de su mano. Julián
invitó a los presentes a viajar hasta Cádiz a través de sus palabras. Julio,
también en su segunda ocasión en PoeKas, se arrancó de memoria con el famoso
poema de A. Machado A un olmo seco, que
hubiera encantado a Martín. Yolanda, la que se nos va, correspondió a la
lectura de sus poemas con otro tanto de lo mismo: leer cuatro poemas de
compañeros PoeKas abriendo al azar las páginas de nuestra antología, De
Vallecas al verso. Koncha se atrevió a leer en gallego Partida de xadrez, de Yoli, arrancándole
una sonrisa; al igual que José María, que con su mono de arqueólogo leyó Persépolis, también de ella.
Y así, poco
a poco, verso a verso, salimos navegando entre las pompas del pompero fabricado
por David.
Última aportación de José Antonio: ..."se me olvidó incluir a Rosa, que fue su primer día, y a Paqui, que
llegó tarde pero llegó, y las dos permanecieron de oyentes y
disfrutando".
2 comentarios:
Jasca, no se puede narrar mejor lo que ocurrió en nuestra tarde tertuliana. Tengo la sensación de haber estado allí... Besazos a todos, poekas.
Gracias, Koncha. La verdad es que lo ponéis fácil. Mucho arte y sentimiento se reune esas tardes por nuestro querido Rabal.
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